lunes, 17 de junio de 2013

Vacaciones en 3, 2, 1...

Durante el mes de mayo no ha habido grandes novedades... o sí.

Empezaba un mes complicado. La última semana de abril recibíamos la noticia de que el proyecto en el cual yo trabajaba, HP, tenía fecha de fin en julio. Esto implicaba que a menos que nuestra empresa nos encontrase sitio en otro proyecto, nos íbamos a quedar en la calle unas cincuenta y tantas personas.

Es lo que tiene el trabajar en una empresa que contrata personal en función de lo que sus clientes digan. HP ha decidido reducir costes, nuestro servicio era muy bueno, pero 'money is money', y en el caso del servicio al mercado español lo han subcontratado en España. He aquí otra prueba de como actúa la maquinaría de las multinacionales y la política, que estratégicamente buscan empobrecer a países del sur y este de Europa para lograr mano de obra más barata.

 

Afortunadamente, algunas personas ya han encontrado hueco en otros proyectos (clientes) de la empresa. Otras no. En mi caso, he de reconocer que al contrario de lo que pensaba, mi supervisor se ha molestado y ahora formo parte del proyecto Adobe.

El mes ha sido tenso, y se ha sobrellevado con una visita de fin de semana largo a Galicia, que me supo a miel, o más bien a comida de la buena, a Estrella Galicia y a licor café. Ver 'a terriña', aunque llueva, y a la gente que quieres siempre carga pilas a tope.



Entre tanto, salidas en bici con gente nueva, como Konrad Manning (un inglés que colabora con Rapha), una peña ciclista de veteranos de Gulpen, y volver a correr a pie. Que duro se hace después de 4 meses volver a calzarse las zapatillas, los músculos ya se han deshabituado a ese ejercicio... y correr 20 min y que te duela todo al día siguiente. Es cuestión de tiempo, y hoy, casi un mes depués ya han caido 14 km.




Pero vamos a lo que realmente importa. Hoy comienzan unas vacaciones de las buenas. Hoy salgo para Madrid donde también llegará Raquel, visitamos a mi primo y hacemos noche en su piso. Siempre me gusta volver a Madrid, aunque sea una visita relámpago. Al día siguiente, Madrid-Londres, Londres-Vancouver, y algo más de dos semanas de viaje pasando por Seattle, Portland, la costa de Oregón y California, San Francisco, Yosemite y Los Angeles. Yeahhhh!!!!!

Intentaré actualizar el blog y facebook desde USA.

domingo, 16 de junio de 2013

La Philippe Gilbert

El fin de semana siguiente a la Liege-Bastogne-Liege, 28 de Abril, se celebró la marcha cicloturista La Philippe Gilbert. Esta ruta tiene pocos años de historia y se celebra en honor al corredor belga, actual campeón del mundo. La marcha tiene como punto de salida la población de Aywaille y tiene la peculiaridad de que te metes entre pecho y espalda algunas subidas míticas de la Flèche, Liege y Amstel, subiendo entre otras, Huy, La Redoute y Cauberg.

Quedé con Phil Deeker para rodar juntos esta marcha. Bajé en coche hasta Aywaille, me vestí de romano y me dirigí al punto de salida para inscribirme. Allí mismo estaba el campeón de mundo con dos compañeros más del BMC, Greg van Avermaet uno de ellos, y lo bueno es que también realizan la marcha, y vete con ellos si puedes.

Elegimos evidentemente hacer la versión larga de la ruta, 162 km con 2500 m de desnivel acumulado. El señor Deeker se hizo además unos 30 km en bici desde su casa hasta Aywaille, más otros tantos de vuelta una vez finalizada la marcha. Salimos sobre las ocho de la mañana, cinco minutos después de Gilbert y compañía.

Ya de salida, La Redoute en el km 3,4. Ocho días antes subíamos La Redoute con 230 km en las piernas. La diferencia, sin exprimirse, es de aproximadamente 1m 40 seg menos en una subida de 1,8 km.

La ruta ofrece un recorrido característico de la zona, con un sube y baja contínuo, subidas relativamente cortas pero con duros porcentajes de desnivel. Si algo me gusta en este tipo de eventos, es la oportunidad de descubrir carreteras, subidas y paisajes nuevos, y sin lugar a perdida posible.

En los avituallamientos, que normalmente en estas marchas se situan aproximadamente cada 40 km, nos encontramos los típicos gofres envasados, barritas de muesli, bizcocho, naranjas, plátanos y bebida isotónica del Decathlon. Comes rápido, cargas bolsillos, visitas el baño portátil y en marcha de nuevo.

Rodamos juntos en paralelo, en pequeños grupos y pelotones, solos... rutas con estos kilometrajes y dureza dan para todo. En algunas subidas Phil va más rápido, en otras como Cauberg soy yo el que abre hueco. Yo no iba 'super', y al llegar a meta en Aywaille Phil me comentó que tampoco tenía el día, y es en días así cuando agradeces enormemente pedalear junto a una cara conocida.

Al finalizar la marcha nos tomamos un café y compartimos charla. Nos despedimos hasta a saber cuando... pero la próxima vez que nos veamos Phil y yo, será seguramente dando pedales.





martes, 11 de junio de 2013

Hard in the Ardennes

Abril:

Una semana muy esperada...

Con la resaca de la Amstel Gold, comenzaba una semana en la sumaba un par de día libres al fin de semana.

Hacía ya meses que había contactado con Phil Deeker, colaborador habitual de Rapha y alma mater de los Cent Cols Challengue, tres eventos de diez días de duración con rutas en Pireneos, Alpes y Dolomitas. El caso es que, ya hace tiempo que me había invitado a compartir la semana Hard in the Ardennes (entrenos enfocados a participantes de los CCC) con el grupo que estaba inscrito. Tenía horas acumuladas del trabajo y las aproveché para acercarme a dar pedales y conocer las Árdenas.

Miércoles 17, el día de la Flecha Valona con llegada en Huy. Madrugo para acercarme hasta el hotel donde se aloja el grupo de gente que participa en esta peculiar semana de machaque ciclista. Los participantes, en su mayoría ingleses, son clientes habituales de la marca Rapha. Apenas una hora de coche hasta el corazón de la Árdenas belgas. Salimos del hotel con algo de retraso, encabezando el pequeño pelotón Phil y yo durante unos cuantos kilómetros.



Fuerte ritmo ya de salida, pero hay que aflojar, esta gente ya lleva tres días bastante duros. Terreno sube y baja, como es habitual en Bélgica asfalto agreste, verdes paisajes, bosques y campos que atravesamos dirigiéndonos a Huy.



Llegamos a Huy, escenario del final de la penúltima clásica de primavera. Unas horas por delante para comer algo y presenciar las carreras femenina y másculina. Mi segundo año consecutivo en el muro, clásico y garantía de espectáculo.





Tiempo para conocer a Ben Lieberson de Rapha, un gran tipo, londinense que vive desde hace años en California. Dani Moreno se hace con la victoria en la carrera. Volvemos a las bicis para regresar al hotel en Erezee. Vuelvo a Maastricht, ha sido un gran día.

Viernes 19, vuelvo a Erezee para pasar otro día con el grupo CCC. Hoy nos espera un día suave, pues ayer han tenido un día muy duro (sobre 200 km) y mañana les espera la cicloturista Lieja-Bastogne-Lieja, casi nada... Me he olvidado el casco, pero Phil tiene uno de repuesto (sworks) en la furgoneta. Me ofrece quedarme a la cena que tienen reservada en un restaurante de la zona. Acepto encantado.

Día tranquilo, de ritmo suave salvo en alguna subida. El grupo se separa en Vielsalm (cerca de la frontera con Luxemburgo). Unos optan por ir por un camino más corto y suave a Trois Points donde está programado el almuerzo.





Un grupo pequeño, con Phil y Ben, nos dirigimos a subir la Cote de Wanne, la cual forma parte de la L-B-L.


De ahí, Phil me sugiere bajar hasta Stavelot para así poder subir Stockeu, subida homenaje a Eddy Merckx y que en la L-B-L se sube después de Wanne. Ellos se dirigen ya a Trois Points mientras yo me hago unos kilómetros más para para sufrir este corto y durísimo muro.


Espectacular el lunch en Trois Points para llenar los depósitos.


De ahí el grupo se vuelve a dividir entre los que se van al hotel, con visita previa a una chocolatería artesanal, y los que optamos (Ben, un servidor, un chaval de Hamburgo y dos chavales londinenses) por seguir atacando subidas para hacerle hueco al chocolate.

Cuando llegamos a la chocolatería, el cuerpo ya está pidiendo un buen descanso. Chocolate caliente y luego uno frio, la tapa son bombones. Compramos unas tabletas para llevar a casa y nos encaminamos al hotel.


Han salido 120 km con 2000 m de acumulado, no está mal. Tras una buena ducha, al restaurante. Rodeado de ingleses de diversas edades voy confirmando la teoría de que esta gente es 'blanco o negro', y afortunadamente la mayoría son majos. Buena comida.

Durante la cena alguien me comentan que un chaval se ha tenido que ir a casa de forma anticipada, por lo que hay un hueco libre para la cicloturista de la Lieja. Phil me comenta que si quiero usar la inscripción que hay libre, y que me puedo ya quedar a dormir en su casa (a 1 km del restaurante). Acepto con dudas acerca de que distancia voy a afrontar de las posibles (79, 160 o 276 km). Claire, la mujer de Phil, es un encanto y me prepara el sofa cama en un momento. Ben y yo nos vamos temprano al sobre mientras Phil deja el desayuno semi preparado, pues tocará madrugar a las 4 a.m.

Sábado 20, cicloturista Lieja-Bastogne-Lieja, la Doyenne, la Decana de las clásicas. Madrugón de los bestias, desayuno de Quaker Oat con leche, pasas y plátano troceado, un plátano y tostadas... hay que ver cómo entra todo esto a las 4 pico de la mañana recién levantado! Camino del hotel, formación de convoy con los coches camino de Lieja.

Nos preparamos para la salida y me pongo en camino con algunos de los ingleses a eso de las 06:30 am. Phil y Ben ya han salido. Hace frio. A estas alturas, todavía no he decidido que distancia voy a intentar completar... lo veré sobre la marcha.


Primera subida al salir de Lieja, ritmo alegre que va in crescendo. Me parece algo elevado para lo que me gustaría, pero allá vamos. La L-B-L es un recorrido que sale de Lieja en dirección sur hasta llegar a Bastogne con unos 100 km, donde literalmente la ruta da la vuelta y se dirige al norte por otras carreteras de las Árdenas, siempre en busca de subidas más duras y una mayor distancia hasta completar los 276 km del mismo recorrido que los profesionales hacen al día siguiente.

Terreno rompepiernas, característico de la zona de las Árdenas. A pesar de rodar en grupos más o menos pequeños, a poco que el ritmo te sea incómodo, el desgaste es considerable. Cuando me doy cuenta, ya hace varios kilómetros que hemos pasado el desvío para la ruta de 160 km. No queda otra que intentar los 276 km con el único objetivo de no abandonar.


Empiezo a encontrarme mal de fuerzas. Voy fuera de punto con los ingleses y opto por rodar solo. Cuando llego al avituallamiento de Bastogne, con sólo 100 km recorridos, ya estoy vacio de fuerzas. Salgo de nuevo con algunos de los ingleses, pero al dejar Bastogne el viento sopla fuerte de cara y en un despiste se abre un hueco que me es imposible acortar tal y como van mis piernas. De nuevo solo, y así por varios kilómetros, hasta Houffalize, afrontando uno de los primeros muros, Côte de Saint Roche, muy dura la subida.


Alrededor del km 135, con mucho esfuerzo logro entrar en un buen grupo, numeroso y que rueda a buen ritmo. Dos kilómetros a tope han merecido la pena, ruedo cómodo y a salvo del viento en el grupo. Me empiezo a encontrar mejor y pese al desgaste parece que recupero energía. Pero queda lo más duro. En este grupo están algunos de los ingleses, me alegra ver caras conocidas y rodar de nuevo a su lado me anima.

Se suceden los km y las subidas, y al igual que el día anterior la subida a Wanne, descenso a Stavelot y subida a Stockeu. Que duro... salida de Stavelot y dura subida a Cotê de Haute Levée.

Después de la subida más larga, que no la más dura, nos reagrupamos en el avituallamiento un buen grupo de los CCC. Phil llega en este momento (creía que iba por delante), nos ponemos en marcha tratando de rodar en grupo. Nos queda relativamente poco, aunque con subidas duras por delante. Descenso a Spa. De ahí Col du Maquisard y Mont Theux. Bajamos a Aywaille para afrontar otro de los platos fuertes de la jornada, la subida de La Redoute, 1.7 km a un 9.5% de media, con un porcentaje máximo del 22%, y con el agravante de llevar 230 km en las piernas. Nos felicitamos por subirla sin echar pié a tierra. A estas alturas desearía tener desarrollo compact... el plato de 39 es excesivo para esta ruta.


Queda menos... Côte de Colonster, que sin ser dura se hace pelota a estas alturas de la película. Bajada a Lieja y entramos rodando con ganas por la cara más industrial de la ciudad, zona sur. Tenía razón Phil al comentar ayer que este barrio puede que sea la más fea de Bélgica.

Ya casi está, a por la Côte de Saint Nicholas. Que dura es!, en el km 267 toca subir 1 km al 11% con máximo de 13%.

Kilómetros finales, meta. Joder que alegría, me emociono y casi no me lo creo. Con el poco entrenamiento de este invierno, el más flojo de estos últimos años, he completado la ruta más dura que haya hecho nunca en bici. Han sido 276 km en 10h 33 min, 4.711 metros de desnivel acumulado a una media de 26.1 km/h. Ya tengo dos de los monumentos clásicos.

Gracias a Phil Deeker.





lunes, 20 de mayo de 2013

La carrera de casa

Amstel Gold Race, domingo 14 de Abril 2013

Un lujo poder disfrutar de esta carrera a la que desde el año pasado le tengo un aprecio especial. No en vano, la salida de la misma se situa en el centro de Maastricht, a unos cinco minutos andando de donde ahora vivo. Por otro lado, acostumbro a salir en bici por el recorrido de esta carrera. El final de la carrera se situa desde el año 2003 en la cima del Cauberg, ascendiéndolo desde Valkenburg. Este año se modificó ligeramente el final, prolongándolo 1,8 km al igual que se hizo en el campeonato del mundo celebrado aquí en septiembre del 2012.

En primer plano y con el dorsal 171, la bicicleta vencedora este año (en Markt, Maastricht)


La Amstel Gold Race es la carrera ciclista más importante de Holanda, englobada en la serie de clásicas de primavera y siendo la puerta de entrada al trio de las Árdenas conformado por la Amstel, la Fleche-Wallonne y la Liege-Bastogne-Liege, disputadas en el plazo de una semana.

La primera edición de la Amstel se celebró en 1966, y cuenta desde entonces con la marca de cerveza Amstel como principal patrocinador, pese a que la carrera tiene lugar en el sur de Holanda y la marca cervecera tiene origen en el área de Amsterdam.

El corredor que ha resultado vencedor en mayor número de ocasiones, cinco, es el mito holandés Jan Raas. El año pasado venció Iglinsky, y en esta última edición lo hizo Roman Kreuziger. La carrera de este año se disputó sobre un total de 251 km con más de 4000 metros de desnivel acumulado contabilizando un total de 33 subidas cortas y duras la mismo tiempo. Lo que añade más dureza a este sube-baja contínuo por las carreteras de Zuid-Limburg, es la estrechez de las mismas, agravada si cabe en las empinadas subidas y por los continuos giros a izquierda y derecha que hacen imposible el relajarse a lo largo de la disputa de la prueba.

Carrerón de Mikel Astarloza este año (aquí terminando su segunda subida a Gulperberg)


El Cannondale trabajando para Sagan (en Gulperberg)



Miles de aficionados holandeses, a los que se unen belgas, alemanes, luxemburgueses y alguna que otra nacionalidad en menor número, se lanzan a las estrechas carreteras y subidas limburguesas a disfrutar de la carrera y el ambiente, a ser posible eso sí, con una cerveza en la mano. Los jardines de las casas se llenan de gente, se instalan barras de bar improvisadas. La fiesta está asegurada. Por si fuera poco, al igual que sucede con otras carreras clásicas, el día antes se celebra la prueba cicloturista en la que miles de aficionados ciclistas de la zona y llegados desde el extranjero, completan su particular Amstel Gold en las distintas distancias que la organización ofrece.

Persiguiendo a la escapada en la penúltima bajada a Valkenburg



El año pasado ya presencié la salida, y el ambiente previo, en Markt, para dirigirme luego hacia Valkenburg y disfrutar de las subidas al Cauberg. Este año se acercaron unos buenos amigos a ver la carrera, Trillo desde Bruselas y aprovechando una visita turista a la capital belga, Alberto Candal desde Ordes. Allá nos fuimos a presenciar la prueba en dos pasadas por Gulperberg (600 metros al 9,8% con un máximo del 16%) y en una tercera ocasión para disfrutar de la llegada una vez finalizada la última subida al Cauberg. Puro espectáculo.

Kreuziger a falta de 1,5 km


martes, 7 de mayo de 2013

Mes de clásicas

Antes de nada, los menos 'ciclistas' me vais a permitir que siga dando la brasa durante alguna entrada más con dar pedales y más pedales, pero es que estamos en la época de carreras clásicas y me gustan a muerte!

Al día siguiente del Tour de Flandes cicloturista se celebró la carrera de los profesionales. Como es habitual, ambientazo por parte de los aficionados belgas aderezado por la presencia de aficionados de numerosos países europeos. Mi segunda vez, y consecutiva, presenciando esta carrera.



Fer y yo cogimos las bicis y vimos la carrera en el primer avituallamiento, en Koppenberg, en Paterberg y los últimos km y desenlace a través de la televisión en una carpa-bar llena de aficionados al pié de Koppenberg. Un fin de semana redondo!


Lección maestra de Cancellara en Flandes, sin más. Una demostración de fuerza, experiencia y táctica también, escogiendo muy bien cuando atacar y situándose bien en el pelotón la mayor parte de la carrera. Sagan, puede que otro año...



Una semana después se celebró la Paris-Roubaix, la clásica del pavé (adoquines) por excelencia y la de más renombre mundial. Una tortura de más de 250 km, prácticamente llanos sí, pero que incluyen algo más de 50 km de pavé. La semana de la carrera no llovió nada y el día de la misma fué seco y para nada frio, lo que provocó una carrera con bastante polvo en los tramos de adoquín.

Quedé con Trillo para ir a ver la carrera, por lo que el sábado me fuí a Bruselas, el domingo por la mañana salimos a rodar un par de horas, y luego directos a uno de los dos tramos de pavé más famosos, el temido Arenberg.

Una muestra del pavé en este bosque:


Arenberg es mítico, y pese a no estar cerca de meta, a lo largo de la historia tiene jugado un papel decisivo para el resultado final. En Arenberg no se suele ganar la carrera, pero si te puedes quedar sin opciones... y bien lo saben a lo largo de las últimas décadas desde Johan Musseuw por caída hasta Tom Bonen por avería. Es un tramo espectacular que comienza en ligero descenso para pasar a ligero ascenso, con unos adoquines que meten miedo, que siempre se llena de público y donde hay un ambiente muy bueno.




De Arenberg nos fuimos al otro tramo más mítico, el Carrefour de l'Arbre. De nuevo ambientazo con multitud de aficionados. A este tramo ya llegó la carrera seleccionada con un cuarteto del que saldrían los dos corredores que se disputaron el triunfo, Fabian Cancellara y Sep Vanmarcke. Ganó el suizo, más por experiencia e inteligencia que por fuerza, pues puede que Vanmarcke tuviese un punto más ese día. Una semana después de Flandes, Cancellara se volvió a subir a lo más alto del podio, consiguiendo así su segundo doblete Flandes-Roubaix.




Vuelta en coche a Bruselas para dejar a Trillo en casa y de ahí a Maastricht. Una semana después se celebraría la Amstel Gold Race, con salida aquí, pero esto ya es material para otra entrada.

jueves, 2 de mayo de 2013

Actualizando en 3, 2, 1...

Tenía esto un poco abandonado. Iré actualizando el blog en los próximos días con algunas cosas interesantes de las últimas semanas. Empezamos:

Ronde van Vlaanderen cicloturista, Sábado 30 de Marzo.

Fer viene de Madrid, llega el jueves a Bruselas y me acerco a recogerlo. Llegamos a Maastricht, desembarco, kebab de la estación de tren para cenar, un paseo corto que hace frio y unas buenas cervezas en el Take One. El viernes nos damos una vueltecilla con las bicis para enseñarle la ciudad, unos recados, nos pasamos a que conozca el Cauberg y camino de Oudenardee a por dorsales, de ahí a Gante, cena estilo wok y para el hotel.



Resúmen de la ruta:

Salida prevista entre 7 y 8 a.m. desde la plaza Markt en Brujas. Nos levantamos a las 5:20 am (hemos dormido unas 5h y media) en el hotel en Gante, desayunamos el contenido de la bolsa que la amable trabajadora del hotel nos dejó por la noche en la puerta de la habitación. Nos vestimos de romanos, bici y mochila al coche y dirección al estadio del FC Brujas. Aparcamos, nos preparamos y rodamos 6 km hasta Markt platz... salimos a las 07:55 am. Empezamos suave pero al cabo de unos 4 km nos vemos envueltos en un grupo con tres ingleses suicidas que ruedan en plan carrera. Volamos por el carril bici, dejamos a los ingleses tirados en una rotonda, saltamos de grupo en grupo, rodamos ahora en una grupeta de unos 20 y tantos tipos, cómodos a unos 32 km/h. Se rompe la armonia con la llegada de un toro belga con bici de triatlón l/d que rodando a 36-40 km/h va reventando el grupo, y por nuestro bien dejamos que se vaya sólo. Llano cuasi constante hasta completar las 3 primeras horas hasta el checking point, a una media de 29,6 km/h

Afrontamos una segunda parte en la que buscamos el primer muro, Tiegemberg, suave teniendo en cuenta lo que quedaba por delante.

Más kilómetros llanos, un buen grupo, rueda suave, Fer tira en cabeza y sin darse cuenta se va sólo varios km. Se relajará algo y lo acabo alcanzando formando parte de un cuarteto. Seguimos.

Conocía el segundo muro de haberlo subido andando el año pasado, el mítico Koppenberg, pero subirlo en bici lo cambia todo... Duro, durísimo, 600 metros a una media del 11,6% y una máxima del 22%, con un adoquinado en la parte inicial y central muy bestia. Kabra se ve obligado a echar pie a tierra por culpa de otro participante. Con esfuerzo yo lo corono sin echar pie a tierra, al igual que haría en los 17 muros del recorrido.

Aimar decía que una vez superado Koppenberg, se hace sin problemas lo que queda y sin demasiado misterio. No estoy tan de acuerdo. Koppenberg está en el km 140 y quedan más de 119 km por delante que incluyen 15 muros y casi todos los tramos de adoquín.



A partir de aquí los muros y tramos de adoquines se suceden. Buena parte de los muros incluyen adoquines. Se ha terminado el rodar en grupos grandes. Se rueda en grupos de tres a ocho ciclistas aproximadamente, y buena parte del tiempo se rueda en pareja o sólo. Los muros son un sálvese quien pueda y cada uno a su ritmo. Los tramos de adoquín van tomando el mismo tono.

Fer y yo nos separamos... le espero en un punto de avituallamiento durante 5 min. Ha tenido un problema con el cierre trasero. Seguimos juntos en un grupo otra buena tanda de kms., muros y adoquines. Sufrimos... yo lo hago enormemente en los tramos llanos, falsos llanos y bajada de adoquín... el dolor en manos y muñecas es insoportable, y al mismo tiempo estate pendiente de que no salte el bidón. Llegamos a pie de otro muro, Berendries si mal no recuerdo... Fer me dice que planta nada más comenzarlo y yo sigo a mi ritmo.



Sigo pasando kms y muros, dudo si esperarlo, espero, debe venir lejos, reanudo la marcha y continuo hasta subir Karnemelkbeekstraat donde comienza a nevar ligeramente. Se me hace muy duro pero lo corono para llegar al último avituallamiento a 28 km para meta. Como y bebo, espero a que llegue Fer 10 minutos después de haberlo hecho yo. Está petado, me quedan un par de geles, segundo de la jornada para mí y el otro para él. Nos hacen revivir un poco.

Afrontamos el último tramo comenzando con unos 3 km de bajada, se agradecen. Nos quedan Oude Kwaremont (2.200 m a 4% de media, max de 11,6) y Paterberg (360m a 12,9% con máxima del 20,3%), ambos adoquinados y escenario al día siguiente de los ataques de Cancellara. Me vuelvo a ir en el inicio del Oude y al coronar Paterberg espero unos segundos por Fer. Nos felicitamos, el reto está casi hecho, adrenalina y 15 kms por encima de 30 kms/h hasta meta. Los últimos 10 kms son de locos, pasamos dos grupos numerosos a ritmo alto y a relevos con tres belgas, sprint final para dejarnos ir los últimos 100 m, brazos en alto, felicidad y satisfacción.

El Garmin de Fer marca 248 km y 9h30 min en movimiento. Le sumamos 6km previos más unos 4 hasta llegar al Qubus en Oudenaarde. Ambos registramos 140 ppm de media. Como hemos sufrido, como hemos disfrutado.



Al día siguiente, a ver la carrera de los profesionales en el mismo escenario.

sábado, 23 de marzo de 2013

Primainvierno

Que no, que no se acaba el invierno...

Hoy es 23 de Marzo, ya es primavera y dan entre -1º y 1º en Maastricht. Dicen los lugareños que no es habitual que las condiciones invernales se alarguen hasta estas fechas, pero así está siendo este año. Hasta ahora, salvo un par de días, el frio invernal no se ha ido, ha nevado bastante y hemos disfrutado de otras inclemencias meteorológicas.

Es más, mientras escribo estas líneas está nevando. Mañana dan entre -3º y -1º, y puede que haya nieve. Mañana, mi última oportunidad de hacer un entreno decente antes de De Ronde van Vlaanderen puede irse al garete gracias al tiempo, y el problema es que es un entrenamiento que necesito urgentemente.

La cicloturista del tour de Flandes es el próximo sábado 30 de Marzo. Serán 259 km, y en lo que va de año yo no llevo entrenados ni siquiera 1500 km gracias al poco tiempo que me sobra, a haber estado dos veces enfermo en el último mes y al maravilloso clima. Vamos, una preparación lamentable para pegarse una paliza de 259 km con adoquines, con subidas duras, con 'a saber qué frio y viento' y a pedalear de 9 a 10 horas.

Si tuviese que ir solo, con mi baja forma, a día de hoy ya habría decidido no tomar parte en la cicloturista. Pero Fernando 'kabra' se viene desde Madrid para disfrutar de un fin de semana de puro ciclismo clásico. Él sí que ha entrenado, y me fastidia retrasarle en ruta, así que tocará tirar de experiencia, meterse en un grupo que ruede bien, chupar rueda, comer y beber hasta el km 100 y a partir de ahí empezar a sacar fuerzas para afrontar los adoquines y muros como Koppenberg, Molenberg, Paterberg, Kwaremont. Al día siguiente, a comer patatas, beber cerveza y ver a los pros.

Hace un par de semanas, estuve de fin de semana por Galicia. En teoría iba a servirme para cargar pilas para seguir afrontando el exilio. Tuvo el efecto contrario, subidón de morriña y descontento por darme cuenta de la triste realidad del que emigra. Esa realidad que te golpea al cabo de un tiempo de 'estar fuera' y descubres que has dejado de vivir tu vida anterior, vuelves a casa de visita y observas que la vida sigue sin tí y que hay muchas cosas que te pierdes. Al mismo tiempo, tampoco disfrutas de una vida plena en la emigración, te faltan cosas y gente en el exilio, tienes una mayor incertidumbre ante el futuro y no dejas de ser un emigrante.

Por cierto, esta semana se ha cumplido un año desde que llegué a Maastricht.